martes, 12 de enero de 2016

La importancia de no hacer dieta.

¡Feliz noche de martes!
Sí, lo sé, lo sé.... Soy un desastrillo! Me planteé subir un post a la semana y tararí...
En fin. Actualizo el blog con un tema que no deseo que se malentienda.
Va dirigido a aquellas personas que estando nutricionalmente sanas deciden adelgazar. Me parece estupendo. El problema es que muchxs caemos sin remedio en las famosas "dietas milagro".
Este artículo va dirigido a este colectivo.
Quería matizarlo porque el título puede llevar a error. No estoy diciendo que nunca jamás se deba hacer dieta, sino que considero que estamos errando en la definición de dieta...
También veréis que en el artículo aconsejo no hacer dietas muy hipocalóricas. Lo mismo que antes, este consejo es para personas con un peso estable el cual no pone en riesgo de forma directa a su salud.
Si tenéis algún problema de salud, por favor haced caso al profesional que os esté tratando y nunca a un artículo de Internet.
Espero que os guste. Sabed que siempre estoy abierta a cualquier tipo de crítica constructiva y a abrir mis horizontes. Así que si tenéis algo que decir, hacedlo sin problema ;)


LA IMPORTANCIA DE NO HACER DIETA
¿Cuántos de nosotros hemos querido bajar unos kilos cuando llega el verano? ¿Tú también intentaste bajar una talla para una ocasión especial? ¿Llevas una alimentación casi exclusivamente a base de proteínas porque crees que es lo mejor para tener un cuerpo musculoso?
Este artículo habla de cómo estas dietas dañan nuestro organismo y de cómo, sin cumplir lo que nos prometen, ponen en grave riesgo nuestra salud.
· ¿Cuándo empezamos a hacer dieta?
Supongo que a todos nos cuesta imaginar a una persona hace 80 años haciendo por voluntad propia la dieta de la alcachofa o llevando una alimentación exclusivamente a base de proteínas.
Es un hecho que en los últimos años las tasas de problemas de salud tales como obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipercolesterolemia, etc. han aumentado preocupantemente, a la vez que lo han hecho los malos hábitos alimenticios y la aparición de infinidad de dietas que prometen grandes cambios en el peso y en el aspecto corporal en un período muy corto de tiempo.
· ¿Por qué las dietas restrictivas no cumplen sus promesas?
Imaginemos a una persona (M desde ahora) con un peso que, aunque es algo elevado para su edad y estatura, se mantiene estable (es decir, M se encuentra siempre en la misma franja de peso).
Con el objetivo de bajar unos kilos, M, que habitualmente llevaba una dieta de 2000 Kcal, decide reducir su ingesta a 1400 Kcal.
Todas las personas tenemos una tasa metabólica basal (TMB). Esto es, todos gastamos energía por el simple hecho de estar vivos (aunque estemos durmiendo o en reposo). Esta TMB depende de distintos factores como el peso, la altura, la edad y el sexo. Dependiendo de las características de la persona puede oscilar entre 800 y 1700 Kcal, o incluso más. Es decir, que una persona puede consumir 1700 kcal simplemente por estar vivo.
Imaginemos ahora que la persona de nuestro ejemplo, M, es una mujer de 30 años que mide 1.68 y pesa 75 Kg. Con estas características le corresponde una TMB de aproximadamente 1500 Kcal.
Cuando M ingería 2000 Kcal diarias, 1500 eran consumidas por su TMB y las 500 restantes se gastaban realizando algo de ejercicio, saliendo a pasear o simplemente llevando a cabo tareas cotidianas. Por este motivo M, a pesar de tener sobrepeso, se mantenía en un peso estable.
En el momento en el que decidió reducir su ingesta a 1400, M empezó a perder peso de forma muy rápida, ya que su TMB seguía consumiendo 1500 Kcal (las mismas que al principio).
No obstante, cuando llevamos mucho tiempo realizando una dieta hipocalórica, nuestra TMB se regula y se adapta a la cantidad de energía que proporcionamos a nuestro organismo.
Mediante esta dieta, la TMB de M bajó (se reguló) a 800 Kcal. Así pues, de las 1400 que ingería quedaban 600 para gastar realizando ejercicio u otro tipo de actividad (frente a las 500 que debía gastar cuando su dieta era de 2000 Kcal). En este punto del proceso el peso de M se estabilizó: a pesar de que seguía llevando una dieta de 1400 Kcal ya no conseguía bajar de peso.
Nos encontramos en el momento en que las personas que llevan una dieta restrictiva se quejan de haberse estancado y de no poder seguir bajando de peso.
A esta fase, debido a la frustración que supone realizar el esfuerzo de llevar una dieta hipocalórica y no bajar de peso, le suele seguir el abandono de la dieta y el regreso al tipo de alimentación que se llevaba antes.
Debido a que la TMB ha bajado por culpa de la dieta restrictiva, la persona no sólo no baja de peso sino que lo aumenta:
Por ejemplo, en el caso de M, al regresar a una dieta de 2000 Kcal y habiendo reducido su TMB a 1000 Kcal mediante la dieta, necesita gastar 1000 Kcal mediante ejercicio u otras actividades frente a las 500 que debía gastar en un principio. Este hecho hace que M aumente de peso (es el conocido efecto yo-yo o efecto rebote).
· ¿Cómo podemos lograr un peso y unas condiciones de vida saludables?
La respuesta parece simple: no haciendo dietas.
Esta afirmación puede llevar a confusión. “No hacer dieta” no significa que tengamos que hincharnos a dulces y llevar una vida sedentaria. No, lo que significa “no hacer dieta” es que debemos aprender a alimentarnos de una forma saludable para toda la vida. Significa que debemos dejar de hacer caso de las maravillas que prometen las famosas “dietas milagro” y buscar un modo saludable de alimentarnos que podamos mantener para siempre.
Las premisas son dos:
La primera: “Si paso hambre, si sufro, si me encuentro mal, si me mareo, si tengo continuos deseos de consumir azúcar y comida basura… estoy haciendo algo mal”.
Y la segunda: “Si no es factible mantener la alimentación que llevo durante toda la vida, es que no me estoy alimentando bien” (obviamente no nos podemos alimentar de manzanas, o de alcachofas o de consomés toda la vida).
Aprovechando esta última afirmación, me gustaría hacer una reflexión:
Llevar una alimentación sana de por vida no significa consumir 2000 Kcal cada día (ni 2500, ni 3000, ni 1800). La obsesión por el conteo de calorías es de todo menos sana. (Me cuesta mucho imaginarme a mis abuelos y bisabuelos contando las calorías que comían, en una época donde la obesidad y los problemas asociados a ella apenas existían).
Una alimentación sana supone comer de forma balanceada y variada incluyendo cereales, semillas, legumbres, frutas y verduras en las cantidades apropiadas, con el objetivo de aportar a nuestro  organismo la proporción de proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales necesarios para vivir.
Muchas personas, creyendo que hacen lo correcto, sólo se preocupan por el número de calorías que ingieren (ignorando otras propiedades de los alimentos mucho más importantes). Si únicamente hacemos caso de las calorías de los alimentos, podemos llegar a la conclusión de que es más sano un bollo de 300 Kcal que un plato de lentejas de 500, y creo que no hace falta especificar que no es así.
Por ir acabando con este texto, me gustaría hacer hincapié en que no pretendo criticar con él a determinadas propuestas de desintoxicación, ayuno y semiayuno que algunas personas deciden realizar durante un determinado período de tiempo, no con el objetivo de cambiar de peso o aspecto, sino con el objetivo de eliminar sustancias nocivas del organismo o ayudar a que órganos dañados se recuperen.
Si bien este tema también puede resultar muy interesante, se escapa al objeto de este artículo, aunque no descarto dedicarle unas líneas en un futuro.

viernes, 18 de diciembre de 2015

¡Hummus mejorado! :)

¡¡Feliz viernes a todos y todas!!
Como dije en el post anterior, voy a intentar actualizar el blog como mínimo una vez a la semana (cada viernes).
Algunas semanas publicaré más de un día, pero no quiero plantearme como objetivo tres publicaciones por semana, porque sé que no lo voy a cumplir (al menos de momento...).

Hoy os traigo una recetita rica, sana y muy fácil de hacer. Es una actualización de la receta de hummus que publiqué allá por la edad media...
En este caso, el hummus simplemente lleva medio bote de garbanzos cocidos, medio vasito de aceite, semillas de lino trituradas, sal, el zumo de una lima, una pizca de sal y semillas para decorar.
Debéis introducir todos los ingredientes en el vaso de la batidora (menos las semillas de decoración) y ¡a darle caña!
Si queda muy espeso podéis añadir un poco de agua y volver a triturar.

Podéis sustituir las semillas de lino, por semillas de sésamo (yo voy variando).

Cuando ya tenga la textura que deseáis, llega el momento de decorarlo. Yo lo he hecho con semillas de lino enteras, semillas de chía y dos rodajitas de lima. También he añadido como toque final un poquito de quinoa inflada.

Es un plato muy completo: sólo la quinoa ya tiene todos los aminoácidos y es rica en calcio y otros minerales. Pero vaya, aunque no tuvierais quinoa, este plato nos aporta proteínas (si lo complementáis con un poco de pan integral os aportará todos los aminoácidos que necesitamos y será un plato con "proteínas completas"), ácidos grasos esenciales (gracias a las semillas y al aceite de oliva), hidratos de carbono de absorción lenta y hierro, que además se absorberá más fácilmente al consumirlo conjuntamente con la vitamina C que aporta la lima.

Y, además, ¡está riquísimo!
Espero que os guste el plato y que lo disfrutéis.

¡Pasad un buen fin de semana!


viernes, 11 de diciembre de 2015

¡Reapertura del blog! :)


¡Un saludito a todo el mundo!
Entro de nuevo en este blog después de haber estado muchos años sin entrar...
Este blog se abrió en un principio entre unas amigas ovolacteovegetarianas que deseaban compartir con el resto mundo este estilo de vida.
Ha pasado mucho tiempo y el blog se ha abandonado por completo. En este tiempo mi vida y mi forma de ver el mundo también ha cambiado.
Retomo el blog, esta vez sola, con la intención de hacerle un lavado de cara, dejar de publicar recetas ovolacteovegetarianas para centrarme en las 100% vegetales y utilizar este espacio para informar tanto a la gente que está empezando a plantearse cambiar su estilo de vida como a aquellas personas que ya llevan tiempo viviendo una vida respetuosa con el resto de especies. Por supuesto también tiene su huequito aquí todo aquél y aquélla que simplemente busquen recetas o sientan curiosidad sobre el tema. ¡Aquí es todo el mundo bienvenido!


Cuando abrimos este blog yo me encontraba estudiando la carrera. Hoy en día ya hace años que la terminé y hace unos meses finalicé un máster en Nutrición y Alimentación. Espero poder utilizar estos nuevos conocimientos adquiridos para enseñaros a llevar una alimentación saludable a base de vegetales.


Bienvenidos y bienvenidas de nuevo a este blog. Prometo intentar actualizar todas las semanas.
¡Poneos cómodas y cómodos, disfrutad, aprended y vivid felices!

sábado, 25 de agosto de 2012

COCA DE TRAMPÓ

Para hacer este plato típico de Mallorca necesitaréis, en primer lugar, para la masa:

- Un vaso de agua.

- Un cuarto de vaso de aceite.

- Harina blanca.

- Harina integral.

Añadid el agua y el aceite en un bol e id añadiendo harina poco a poco. Yo añado aproximadamente la mitad de blanca y la mitad de harina integral, pero la podéis hacer a gusto, toda blanca o toda integral, como queráis...

La textura tiene que asemejarse a la siguiente foto. Amasad hasta que ya no se os pegue a las manos (si se sigue pegando añadid un poco más de harina). Dejad reposar.





Mientras la masa reposa, vamos a hacer el trampó. El trampó es una ensalada compuesta de tomate, pimiento verde y cebolla. Yo añado también un poco de pimiento rojo y un diente de ajo. Aliñadlo al gusto como si de una ensalada cualquiera se tratara (yo le hecho aceite, vinagre, y un poco de pimentón). También podéis echarle sal al gusto.

Encended el horno a 200 grados para que vaya calentándose.





Cuando el trampó esté listo, extended la masa sobre la bandeja de horno. Si no tenéis papel de horno poned un poquito de aceite en la bandeja para que no se pegue.

Cuanto más fina quede la masa muchísimo mejor, así que estiradla bien.





Si sobra masa, podéis hacer otra coca, canapés, dejadla en la nevera cubierta de aceite para usarla otro día, o congelarla. Si decidís dejarla en aceite para usarla otro día, recordad que tendréis que añadir un poco más de harina cuando vayáis a usarla, ya que el aceite le habrá hecho perder consistencia.

Yo con la masa que ha sobrado, he cogido un molde y he hecho estos panecillos :).





Metedlo todo al horno a 170 grados y esperad unos 20 minutos. Estad pendientes porque se hacen bastante rápido.





Sacad del horno vuestras obras de arte. Sabréis si está hecha levantándola con una espátula, si se despega sin problema. La masa debe quedar oscurita y crujiente.








¡Qué aproveche!








HUMMUS

Los ingredientes que necesitarés son:

- 300 g de garbanzos cocidos (pueden ser de bote, pero si los compráis secos y los cocéis después os quedará mejor - acordaos de ponerlos en remojo la noche anterior). Si son de bote, debéis escurrirlos y lavarlos bien antes de usarlos.

- medio vaso de agua.

- de uno a tres dientes de ajo picados (dependiendo de si os gusta fuerte o suave).

- un chorrito de aceite.

- un chorrito de leche de soja.

- pimentón dulce y/o otras especias al gusto.

- sal al gusto.



Triturad los garbanzos con la batidora a velocidad baja. Cuando estén triturados, añadid el resto de los ingredientes y triturad aproximadamente un minuto a velocidad baja y otro minuto a velocidad rápida (hasta que tenga la textura que deseéis).
Si os queda demasiado espeso, añadid un poco más de agua y mezclad.




martes, 21 de agosto de 2012

FRITO MALLORQUÍN DE SEITÁN (VEGANO)

Bueno, aquí dejamos la receta de un plato típico de mallorca adaptado para veganos y vegetarianos.






Los ingredientes (aproximadamente para 4 personas) que necesitaréis son:

- Pimiento rojo (1 ud) y verde (2 uds) .
- Patata (6uds).
- Seitán.
- Guisantes.
-Tomate natural (4-5 pequeños).
-Cebolla (1 ud)
- Puerro (1 ud)
- Ajo (2-3 dientes).
- Sal y especias al gusto (el de la foto lleva pimentón y una pizca de orégano).






Para realizar el frito, tenéis que cortar todos los ingredientes a dados o en trozos pequeños (excepto los guisantes, claro).

Se pone a calentar la olla de barro. En una sarten a parte, se van friendo los ingredientes siguiendo el siguiente orden: seitán, patatas, sofrito (hecho con el resto de ingredientes, incluyendo los guisantes).


Cuando el seitán esté más o menos frito, se saca de la sarten y se pone en la olla de barro, donde acabará de cocinarse (debe taparse). Se hace lo mismo con las patatas y con el sofrito. Se añade sal y especias.

Cuando ya tengáis todos los ingredientes en la olla de barro, se mezcla bien, se tapa y se deja reposar.



¡Y estará listo para comer!

martes, 26 de julio de 2011

LA FÁBULA DEL FILÓSOFO Y EL FAISÁN

Llevado de la dulce melodía
Del cántico variado y delicioso
Que en un bosque frondoso
Las aves forman, saludando al día,
Entró cierta mañana
Un sabio en los dominios de Diana.
Sus pasos esparcieron el espanto
En la agradable estancia;
Interrúmpese el canto;
Las aves vuelan a mayor distancia;
Todos los animales, asustados,
Huyen delante de él precipitados,
Y el Filósofo queda
Con un triste silencio en la arboleda.
Marcha con cauto paso ocultamente;
Descubre sobre un árbol eminente
A un faisán, rodeado de su cría,
Que con amor materno la decía:
«Hijos míos, pues ya que en mis lecciones
Largamente os hablé de los milanos,
De los buitres y halcones,
Hoy hemos de tratar de los humanos.
La oveja en leche y lana
Da abrigo y alimento
Para la raza humana,
Y en agradecimiento
A tan gran bienhechora,
La mata el hombre mismo y la devora.
A la abeja, que labra sus panales
Artificiosamente,
La roba, come, vende sus caudales,
Y la mata en ejércitos su gente.
¿Qué recompensa, en suma,
Consigue al fin el ganso miserable
Por el precioso bien, incomparable,
De ayudar a las ciencias con su pluma?
Le da muerte temprana el hombre ingrato,
Y hace de su cadáver un gran plato.
Y pues que los humanos son peores
Que milanos y azores
Y que toda perversa criatura,
Huiréis con horror de su figura.»
Así charló, y el hombre se presenta.
«Ese es», grita la madre, y al instante
La familia volante
Se desprende del árbol y se ausenta.
¡Oh cómo habló el Faisán! «Mas ¡qué dijera
El Filósofo exclama, si supiera
Que en sus propios hermanos
La ingratitud ejercen los humanos.»

Félix María de Samaniego

LA FÁBULA DEL GATO Y EL CAZADOR

Cierto Gato, en poblado descontento,
por mejorar, sin duda, de destino
(que no sería gato de convento),
pasó de ciudadano a campesino.
Metióse santamente
dentro de una covacha, mas no lejos
de un gran soto poblado de conejos.

Considere el lector piadosamente
si el leal ermitaño
probaría la hierba en todo el año.
Lo mejor de la caza devoraba,
haciendo mil excesos;
mas al fin, por el rastro que dejaba
de plumas y de huesos
un Cazador lo advierte, le persigue,
arma trampas y redes con tal maña, 
que al instante consigue
atrapar la carnívora alimaña.

Llégase el Cazador al prisionero;
quiere darle la muerte.
El animal le dice: "¡Caballero,
duélase de la suerte
de un triste pobrecito
metido en la prisión y sin delito!"

"¿Sin delito me dices,
cuando sé que tus uñas y tus dientes
devoran infinitos inocentes?"

"Señor, eran conejos y perdices,
y yo no hacía más a fe de gato,
que lo que ustedes hacen en el plato."
"Ea, pícaro, muere,
que tu mala razón no satisface!"

Conque sea la cosa que fuere, 
¿lo podrá usted de hacer si otro lo hace?


Félix María de Samaniego